En los negocios como en la vida, la mejor manera de aprender es la propia experiencia, la segunda aprender de otros que ya lo han vivido. También existe una tercera, aprender con toda la bibliografía que existe en torno al mundo de las empresas. Pero si buscas un aprendizaje práctico, el escuchar a otros más experimentados, ayuda a evitar errores y aumenta las posibilidades de éxito en los nuevos retos a afrontar.
Con esta premisa, nace #MyExperTips, una iniciativa que busca aprovechar el expertise de las empresas más maduras que han pasado por el Parque Científico de Madrid, para proporcionar a las nuevas empresas tecnológicas (NEBTs) un listado de recomendaciones muy prácticas sobre los grandes hitos por los que pasa una compañía hasta llegar al mercado.
Del laboratorio a la industria, dos ejemplos en primera persona
En la primera cita hablamos sobre el cambio que supone para una compañía dejar su laboratorio en el Parque (o en cualquier otra incubadora o aceleradora empresarial) para continuar su andadura en unas instalaciones propias. Un paso natural en cualquier empresa científica que crece, pero que debe ser abordado en las formas y en los tiempos adecuados.
Para el debate contamos con los fundadores de dos empresas que recientemente han montado sus propias instalaciones tras pasar su primera etapa en el Parque Científico de Madrid. Rafael Ferrito de NanoInnova y Antonio Delgado de Natac explicaron a los asistentes en primera persona aquellos consejos que les habría gustado que alguien les hubiera contado en este proceso.
Nanoinnova Technologies es una empresa nanotecnológica, spin-off de la Universidad Autónoma de Madrid, especializada en la investigación, el desarrollo y la comercialización de nuevos materiales innovadores. Sus estudios más avanzados se centran principalmente en el desarrollo de nanotubos de carbono y láminas de grafeno de gran interés tecnológico y con aplicación industrial.
Tras su paso por el Parque Científico de Madrid, la empresa ha decidido montar su propia planta industrial fuera de Madrid.
Por su parte, Natac es una empresa española de base biotecnológica dedicada a la investigación, desarrollo y comercialización de extractos de origen vegetal, especialmente ingredientes derivados del olivo y de la uva. Los ingredientes producidos por Natac tienen su aplicación en la industria farmacéutica, alimentaria, nutracéutica, alimentación animal y cosmética.
Con la recién apertura de una sede propia en Madrid y con dos fábricas en Córdoba y Ciudad Real, dedicadas en exclusiva al desarrollo de ingredientes derivados del olivo y de la uva (Innovaoleo y Alvinat), Natac se encuentra en proceso de expansión nacional e internacional.
Como moderador, tuvimos al experimentado periodista económico de Cinco Días, Alfonso Simón. Él fue el encargado de navegar por el pasado, presente y futuro de las dos empresas invitadas.
Consejos a la hora de montar tus propias instalaciones
Mejor un emplazamiento acorde a la actividad empresarial
El parque inmobiliario español brinda a las empresas una situación ideal con una gran variedad de naves y oficinas en venta y alquiler: “No hemos tenido grandes dificultades para instalarnos en una nave industrial o laboratorio, la oferta disponible de suelo, fuera de Madrid, es enorme”
Sin embargo, dependiendo de la actividad de la empresas es posible que contar con ciertas acometidas o permisos determine la idoneidad de unas instalaciones: “Buscamos naves industriales, laboratorios o instalaciones que estuvieran listas para funcionar desde el primer momento, aunque siempre tienes que invertir en reformas, es importante reducir papeleo”.
Otra variable a tener en cuenta es la ubicación “tras un estudio vimos que la ventaja competitiva estaba en trabajar cerca de la materia prima, en nuestro caso era esencial aprovechar su frescura y acortar tiempos de procesado para dar calidad a nuestros extractos”.
No tengas prisa en tener tus propias instalaciones. Tampoco miedo a crecer.
Contar con infraestructuras propias supone un aumento de los gastos fijos de la compañía, lo que hace estudiar bien el momento adecuado para acometerlo: “no hay regla financiera ni económica irrefutable que marque tu nivel de endeudamiento óptimo, será aquél nivel que te deje dormir tranquilo (a ti o a tu director financiero)”. Sin embargo, es fácil caer en el error de “hacer inversiones excesivas que no necesites a corto por mucho que a largo puedan parecer útiles”.
“Cuando eres pequeño, es inviable estar fuera (de una incubadora de laboratorios o industrial): la inversión necesaria en infraestructuras y equipamiento es inalcanzable”. Por eso recalcan “a la hora de invertir en industria, no pongas nunca los carros delante de los bueyes, retrasa con prudencia todo lo que puedas inversiones fuertes como esa”.
Pero de la misma manera reafirman “cuando has crecido lo suficiente y has acumulado complejidad, invertir en tus propias instalaciones y concentrar costes puede ser rentable” y añaden “no saltar al mercado cuando has crecido y estás ya preparado por quedarte en un entorno protegido, como una incubadora, habría sido mucho peor que el vértigo del salto”.
En definitiva, el salto a las inversiones y la industria propia puede producir vértigo al principio, pero hay luz si se actúa con racionalidad y prudencia: “En nuestro caso, tardamos alrededor de un año en madurar la decisión de dar el salto del laboratorio a la industria y en encontrar la ubicación”.
Más vale acompañado que solo
Al igual que sucede en los primeros pasos de una empresa, donde un entorno de cooperación y acompañamiento como un Parque Científico ayuda a start up a afianzarse, cuando la empresa crecer, contar con socios colaboradores suele ser un acierto: “Siempre hay que tratar de aliarse con líderes y conocedores de cada mercado y de cada producto, son los que entienden sus peculiaridades y pueden aportarte las ventajas de esos nichos”.
Además, cuando tienes que encontrar tu propio mercado por estar desarrollando una nueva tecnología ”un colaborador puede convertirse en ese socio tractor que cree como tú en el proyecto y te ayuda a comercializarlo”. Por ello cooperar y crear joint-ventures suele ser positivo “A la empresa la ha ayudado a reducir sensiblemente costes de instalación y de fabricación” por ello, ninguno de los dos “recomendaría nunca hacer una inversión en solitario a una empresa en desarrollo”.
Aunque la experiencia también les ha enseñado que cuando buscas un socio industrial prestar a atención a cómo compartir tu conocimiento: “Cuando externalizas la fabricación, no puedes trasferir tu ‘core’ sin cuidado, es tan relevante para tu futuro como la I+D. Si no te queda más remedio que externalizar, hazlo con cabeza y pensando en el futuro”. En su caso particular optaron por fabricar ellos mismos: “Finalmente tomamos la decisión de fabricar, en lugar de externalizar y para nosotros fue todo un acierto”.
Las reglas del juego cambian cuando diriges una empresa industrial
Es importante asimilar que el halo de proyecto novedoso o disruptivo que acompaña a las start-ups, desaparece cuando la empresa crece y tiene un enfoque industrial: “El cambio de paradigma afecta tanto a la dirección como al equipo técnico. Nos sigue resultando difícil que entiendan que los modos de hacer que habían funcionado hasta ahora, hay que cambiarlos”. En definitiva, hay que entender que “el mercado es en realidad es que determina el ritmo y el futuro de la empresa. En nuestro caso, nos está permitiendo crecer”.
4 tips extras desde la experiencia
La fuente ingresos temprana para una empresa nueva no suele coincidir con la I+D que se quiere explotar.
El modelo de negocio inicial de una empresa hace pensar que los desarrollos científico-tecnológicos serán la base del negocio. Sin embargo, “desde el principio vimos que en la fabricación estaba la fuente recurrente de ingresos, no era económicamente racional dedicarse solo a la I+D”.
Como resultado la start-up que es ahora una empresa consolidada, poco tiene que ver con la que diseñaron en ese primer plan de negocio: “Decidimos renunciar a invertir grandes sumas en proyectos de I+D que eran muy atractivos pero que resultaban inciertos y precisaban largos periodos de maduración. Optamos por la generación de ingresos tempranos que sustentaban los gastos corrientes. En definitiva, generar caja desde el primer momento.
Pero eso no quiere decir que dejen de lado su esencia investigadora: “Combinamos los proyectos más innovadores a medio plazo (apoyados con incentivos a la I+D+i) con los generadores de ingresos a corto”.
No te quitarán tu tecnología de las manos.
Las empresas científico-tecnológicas viven inmersas en sus desarrollos, cuando llega el momento de acercarse al cliente descubren que se habían olvidado de la comercialización. “Después de un fuerte desarrollo de producto o servicio, te topas con el mercado y te das cuenta de los pocos esfuerzos que has invertido en marketing “.
Es entonces cuando surge la pregunta de por qué van a comprarme a mí en lugar de a mi competidor: «Mi error fue creer que mi desarrollo innovador eclipsaría el mercado, pero el mercado habla su propio idioma” y éste no suele ser tan optimista como las expectativas del emprendedor. “Con facilidad, los tiempos de acceso al mercado se duplican, lo mismo que los plazos para firmar acuerdos con grandes corporaciones”.
Actitud perseverante pero sin obcecarse
El emprendimiento, especialmente si se trata de una nueva empresa tecnológica (NEBT), es un proyecto que exige constancia y determinación. Sin embargo, “el buen empresario no debe obcecarse en su visión lineal, ha de contar con amplitud de miras para percatarse de lo que pasa a su alrededor y poder amoldarse. Eso aseguró nuestra viabilidad”. El motivo no es otro que “los planes financieros de las start ups no suelen valer por la gran variabilidad a que están sometidas”.
Comprende los roles de las grandes compañías
El futuro de una empresa, especialmente cuando está creciendo, puede pasar por firmar un contrato con una multinacional. En las grandes compañías, los intereses y barreras departamentales son más relevantes que el aparente interés general de la compañía.
Una gran compañía puede ser un laberinto para un innovador que le haga perder 2 o 3 años de trabajo sin ningún resultado. “Muchas veces creemos que es suficiente con conquistar el área técnica de la empresa. Sin embargo, hay que convencer a aquellos que tengan influencia en la toma de decisiones y lamentablemente no suele coincidir con el equipo técnico”.
Cada empresa es distinta y estos tips no podrán ser de aplicación en todos los casos. Pero si estamos seguros que serán un buen punto de partida para que cualquier pequeña empresa científico-tecnológica, que se plantee montar su propia planta de fabricación, valore su viabilidad.